lunes, 28 de enero de 2013

CRACKS DE NACAR



Una película de DANIEL CASABÉ y EDGARDO DIELEKE





 

Sinopsis
 
La primera extrañeza que hay que atravesar es la del título, que parece en otro idioma.Crack es una voz inglesa, ya aceptada en la Real Academia Española, que significa deportista de extraordinaria habilidad. Y el nácar es una sustancia orgánico-inorgánica que se usa, entre otras cosas, para hacer botones. Segunda extrañeza: ésta es una película sobre botones (de los de la ropa, pero fuera de ella) que juegan al fútbol. ¿Fútbol conbotones? Sí, pero los botones no se mueven solos sino que son movidos por Rómulo Berruti y Alfredo Serra, veteranos periodistas, amigos de larga data, eximios conversadores (y bebedores de whisky) y apasionados de los botones futbolistas. No cualquier botón es un crack, y tanto es así que los elegidos son personalizados y bautizados con nombres como Bordenave o Rojas. Cracks de nácar es una película sobre un juego singular, pero también, y sobre todo, un plácido, fluido retrato de una amistad unida por el placer de la anécdota, la conversación afilada, la mirada zumbona sobre el mundo, y con la sofisticada inteligencia (que comparten Berruti, Serra y el film) de reírse de uno mismo.
 
 

 
Ficha Técnica
 
País: Argentina
Duración: 80 min.
Género: Documental
Formato Original: HD
Mezcla de Sonido: Dolby / Stereo
Dirección y Guión: Daniel Casabé - Edgardo Dieleke
Producción: Daniel Casabé - Ariel Cheszes
Elenco: Rómulo Berruti - Alfredo Serra - Antonio Esnai Da Silva Fonseca - Henrique
Lourenco - Mara Sala
Dirección de Fotografía: Alejandro Petrecco
Montaje: Andrés P. Estrada - Daniel Casabé
Dirección de Arte y Diseño Gráfico: Miguel Seo
Animación: Mario Martinelli
Música Original: Andrés Drimer
Diseño de Sonido: Pablo Duchovny

 
Sobre los protagonistas
 
 
Alfredo Serra
Porteño, nacido en el barrio deNúñez,  hincha de Platense, periodista profesional y profesor de su especialidad, comenzó su carrera en el viejo diario Crítica (1960), y pasó por Crónica, Editorial Abril, Editorial Perfil, y desde 1970 permanece en Editorial Atlántida-Televisa. Fue reportero, redactor especial, corresponsal de guerra (Vietnam y El Líbano), jefe de redacción, subdirector y director de varias revistas. Cubrió sucesos en más de 30 países de los seis continentes (incluso en la Antártida), entre 1967 y 1999. Ejerció el profesorado universitario entre 1985 y 2006. Autor de cuatro libros (Así hablan los que escriben, Curso de Periodismo Escrito, El misterio de San Cayetano y Nazis en las Sombras) y redactor, en colaboración, de una decena de libros periodísticos. Actualmente es redactor jefe general de la revista GENTE.
 
Romulo Berruti
Periodista de espectáculos. Crítico de teatro y cine. Editor de la página teatral de Clarín durante casi 20 años y luego, hasta completar 26 de labor allí, editor de la página de espectáculos. Creador y conductor –junto a Carlos Morelli-  de Función Privada, un muy exitoso programa de cine por televisión que cumplió 16 años consecutivos en el aire. Creador y conductor, desde 1992, del programa radial Detrás del espejo, dedicado a la cultura y al espectáculo, primero en 1030 del Plata (nueve años) y luego en Radio Ciudad . Este título tuvo también su espacio en cable (señal 3 de VCC) con auspicio del Fondo Nacional de las Artes. En la actualidad sale al aire los domingos de 11 a 14 por Fm 92.7 con su espacio Plumas, bikinis y tango. Escribe en www.mundoteatral.com y enwww.elcine.ws Programa y presenta desde hace cinco años un ciclo de cine argentino y europeo en la sala Tita Merello de la Universidad Nacional de Lanús.

 
Los directores
DANIEL CASABÉ
Ciudad de Buenos Aires, Argentina. 1979.
Su primera película es Cracks de nácar (2011), que dirigió junto a Edgardo
Dieleke. Cracks de nácar fue estrenada en el XIII BAFICI, y tendrá su estreno comercial este año. Daniel Casabé egresó como director cinematográfico de la Universidad del Cine (FUC), donde también fue docente de Montaje. Trabajó como montajista y post-productor de imagen de varios films. Entre estos: El Amor Primera Parte (Argentina,2004), producida por Mariano Llinás y dirigida por Fadel, Mitre, Mauregui y Schnitman; El juego de la silla (Argentina,2002), de Ana Katz, en donde formó parte del equipo de montaje; El transcurso de las cosas (Argentina, 2001), de Esteban Menis, en donde cumplió el rol de montajista de la película, en tre otras. Dirigió el programa de TV Corto-Circuito así como varios videoclips, y en 2007 creó la productora Bloco. En 2012 termina su segunda película como director junto a Edgardo Dieleke: La forma exacta de las islas (Argentina, 2012).
EDGARDO DIELEKE
Ciudad de Buenos Aires, Argentina. 1980.
Dirigió Cracks de nácar (2011), también junto a Daniel Casabé. Edgardo Dieleke está además terminando su doctorado en Princeton University (USA), con una tesis sobre los límites de la ficción en el cine y la literatura, y desde allí comenzó a trabajar como crítico y al mismo tiempo como guionista y realizador. Es autor de varios artículos sobre cine y literatura, en diferentes publicaciones de Argentina, Brasil y Estados Unidos. Es crítico y profesor en la New York University en Buenos Aires y ha publicado diversos artículos sobre cine y literatura. En 2012 termina su segunda película como director junto a Daniel Casabé: La forma exacta de las islas (Argentina, 2012). Por último, está escribiendo junto a Ricardo Piglia un guión sobre el jazz en Argentina.
 

 
Carta de los directores
 
Este es un film que se viene gestando desde mi niñez. Una niñez acompañada
de historias fantásticas y un juego maravilloso. Alfredo Serra, un segundo padre para mí, periodista de raza y gran narrador, se ha encargado de mantener viva su curiosidad e inquietud por las inusuales aventuras y fantásticos relatos de su carrera.Su amigo del alma es Rómulo Berruti, protagonista de un programa televisivo de cine, muy exitoso en los años ochenta, pero algo olvidado en el presente. Losdos han compartido anécdotas hilarantes que, por suerte y por talento, pueden revivir con sólo dos vasos y una botella de buen whisky por delante (resalto el “buen”). Fútbol de botones. ¿Qué es eso? ¿De qué estamos hablando? Alfredo limpia con alcohol y mucho cuidado la cancha, mientras Rómulo se ocupa de organizar sus once botones con la táctica planteada para ese sábado. ¿Cada botón tiene nombre? ¿Cómo los diferencian?¿Puedo jugar? Aquí empezó su pasión, su entrega, y el legado de un exquisito juego. Hoy, al haber elegido al cine como carrera y pasión, cuento con él como gran herramienta para tratar de mostrar, aunque sea con cuenta gotas, esta enorme historia de amistad. Una película hecha por dos amigos (la dirijo con mi amigo del alma Edgardo Dieleke), sobre dos amigos, y que intenta dar cuenta de un mundo maravi- lloso del que fui parte desde chico. Con un equipo mínimo de rodaje (dos personas casi siempre salvo contadas jornadas más complejas), llevamos a cabo un documental íntimo sobre dos personajes que aunque dominan la palabra, a través del cine pueden también lucirse en una cancha, pero con botones. El extraordinario juego es un ritual que no es simplemente una excusa narrativa sino también la posibilidad de un cine íntimo y apasionante.
Daniel Casabé.
 
Llegué a estos personajes a través de mi gran amigo Daniel, y desde la adolescencia, Alfredo Serra y Rómulo Berruti me iniciaron en un arte y un culto íntimo y de difícil hallazgo: el arte de la buena conversación y el relato oral. Semanalmente los veía juntarse por dos motivos que eran en realidad uno. Primero, su ritual del fútbol de botones, un juego en principio incomprensible, pero entendido por ellos como un espacio exclusivo para la diversión, que extendió la mirada infantil, cada sábado, por más de cincuenta años. El segundo motivo por el que parecían reunirse era el ritual que le seguía a cada partido. Unidos por los recuerdos y sobre todo por la capacidad de generar un mundo propio y un sentido del humor único, la instancia de su whisky semanal, compartido, les daba una excusa para continuar su amistad. Con el tiempo, gracias a Daniel pude acceder a esas conversaciones, y más allá del fútbol de botones, me apasionó el mundo que estos personajes recreaban con cada anécdota. Me interesé entonces en este proyecto en primer lugar porque aparecía un objetivo que me cautivó: encontrar la manera capturar la instanciade las largas conversaciones y anécdotas que mantenían estos personajes. En otras palabras, ¿cómo hacer para llevar al lenguaje del cine una situación en apariencia tan anti-dramática como una conversación entre dos amigos? En segundo lugar, cómo hacer para hacer visible y compartir con la audiencia una amistad íntima un mundo con códigos propios? Para esto, apareció un elemento central para evadir el mero costumbrismo:la construcción de un mundo de ficción y realidad.
Edgardo Dieleke.
 

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